No sé por qué te amo.
Sé que por eso te amo.
Cae mi lengua, como la de Catulo,
en su doble noche de deseo.
Nadie vuelve de vos
a lo que fue. Cuando callan
las palabras inevitables, las
repeticiones del dolor y
los huecos de la tiniebla alta,
conozco tu pacto que sucede de pronto.
Nacer es el apetito que das.
Caballa de la boca.