Torcazas, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    Torcazas

    Se pasa de inocente a culpable 
    en un segundo. El tiempo 
    es así, torcazas 
    que cantan en un árbol cansado. 
    La carne piensa y no llora. Pensar 
    es ver la nada que nota 
    en una cucharada de sopa. 
    El dolor no se olvida 
    de uno. Sombras ahí, 
    distancias, superficies, 
    olor a sospechas podridas, congojas 
    que no mueven los pies. 
    El tiempo borra el sudor frío 
    del alma y si hace falta el alma. Pega con 
    el leve sonido a compañeros 
    colgados en la noche, son 
    urgentes, hacen 
    un país que nadie conoce 
    en el camino que empieza 
    donde acaba la lengua del empujado. 
    Están tendidos en las jaulas 
    de la sensación. Hay miedo 
    en la memoria prohibida, el sabor 
    del día que se distrajo y abre 
    de repente los deseos de ayer. Una 
    luna enorme finge acompañamientos. Vuela 
    la pérdida ojos adentro como 
    la longura de un pájaro azul. Los 
    compañeros, ¿están despiertos para 
    que pregunte quién soy? ¿No duermen 
    en lo que es no es? Las calles 
    sucias de amanecer son un error. La 
    emoción entre mi vida y 
    la conciencia de mi vida 
    es una continuidad que no 
    me pertenece. Agradezco 
    el saltito del pájaro en la rama 
    que abriga cuando 
    el cuarto que abandono navega 
    en sales, brumas, el espanto y 
    mi pecho metido en el polvo. 
    Y yo al revés.

    • Habítame, penétrame. 
      Sea tu sangre una con mi sangre. 
      Tu boca entre mi boca. 
      Tu corazón agrande el mío hasta estallar… 

      Desgárrame. 
      Caigas entera en mis entrañas. 
      Anden tus manos en mis manos. 
      Tus pies caminen en mis pies, tus pies. 

    • ¿Cómo sabe Andrea que la poesía no tiene cuerpo, no tiene corazón y 
      en su hálito de niña pasa o puede pasar 
      y habla de lo que siempre no habla? 
      En la boca cuaja el mundo y a la luz 
      de pasados que Andrea ignora para nunca 
      su memoria es una casa nueva donde 

    • es enorme la tristeza que un hombre una mujer 
      pueden hacerse entre sí 
      como enormes son esos dos pajaritos parados en 
      la rama picoteándose 
      y enorme es el mismo árbol con lluvias bajo el sol 
      que se le ven en la cara 

    • Se pasa de inocente a culpable 
      en un segundo. El tiempo 
      es así, torcazas 
      que cantan en un árbol cansado. 
      La carne piensa y no llora. Pensar 
      es ver la nada que nota 
      en una cucharada de sopa. 
      El dolor no se olvida 
      de uno. Sombras ahí, 

    • Cohabito con un oscuro animal. 
      Lo que hago de día, de noche me lo come. 
      Lo que hago de noche, de día me lo come. 
      Lo único que no me come es la memoria. Se encarniza en palpar 
      hasta el más chico de mis errores y mis miedos. 
      No lo dejo dormir. 

    • hoy llueve mucho, mucho, 
      y pareciera que están lavando el mundo 
      mi vecino de al lado mira la lluvia 
      y piensa escribir una carta de amor/ 
      una carta a la mujer que vive con él 
      y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él 
      y se parece a su sombra/