Sobre la poesía, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    Sobre la poesía

    habría un par de cosas que decir/ 
    que nadie la lee mucho/ 
    que esos nadie son pocos/ 
    que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial/ y 
    con el asunto de comer cada día/se trata 
    de un asunto importante/recuerdo 
    cuando murió de hambre el tío juan/ 
    decía que ni se acordaba de comer y que no había problema/ 
    pero el problema fue después/ 
    no había plata para el cajón/ 
    y cuando finalmente pasó el camión municipal a llevárselo 
    el tío juan parecía un pajarito/ 
    los de la municipalidad lo miraron con desprecio o desdén/ 
    murmuraban 
    que siempre los están molestando/ 
    que ellos eran hombres y enterraban hombres/y no 
    pajaritos como el tío juan/especialmente 
    porque el tío estuvo cantando pío-pío todo el viaje 
    hasta el crematorio municipal/ 
    y a ellos les pareció un irrespeto y estaban muy ofendidos/ 
    y cuando le daban un palmetazo para que se callara la boca/ 
    el pío-pío volaba por la cabina del camión y ellos sentían que 
    les hacía pío-pío en la cabeza/el 
    tío juan era así/le gustaba cantar/ 
    y no veía por qué la muerte era motivo para no cantar/ 
    entró al horno cantando pío-pío/salieron sus cenizas y piaron un rato/ 
    y los compañeros municipales se miraron los zapatos grises de vergüenza/pero 
    volviendo a la poesía/ 
    los poetas ahora la pasan bastante mal/ 
    nadie los lee mucho/esos nadie son pocos/ 
    el oficio perdió prestigio/para un poeta es cada día más difícil 
    conseguir el amor de una muchacha/ 
    ser candidato a presidente/que algún almacenero le fíe/ 
    que un guerrero haga hazañas para que él las cante/ 
    que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro/ 
    y nadie sabe si eso ocurre porque se terminaron 
    las muchachas/los almaceneros/los guerreros/los reyes/ 
    o simplemente los poetas/ 
    o pasaron las dos cosas y es inútil 
    romperse la cabeza pensando en la cuestión/ 
    lo lindo es saber que uno puede cantar pío-pío 
    en las más raras circunstancias/ 
    tío juan después de muerto/yo ahora 
    para que me quierás/ 

    • Habítame, penétrame. 
      Sea tu sangre una con mi sangre. 
      Tu boca entre mi boca. 
      Tu corazón agrande el mío hasta estallar… 

      Desgárrame. 
      Caigas entera en mis entrañas. 
      Anden tus manos en mis manos. 
      Tus pies caminen en mis pies, tus pies. 

    • ¿Cómo sabe Andrea que la poesía no tiene cuerpo, no tiene corazón y 
      en su hálito de niña pasa o puede pasar 
      y habla de lo que siempre no habla? 
      En la boca cuaja el mundo y a la luz 
      de pasados que Andrea ignora para nunca 
      su memoria es una casa nueva donde 

    • es enorme la tristeza que un hombre una mujer 
      pueden hacerse entre sí 
      como enormes son esos dos pajaritos parados en 
      la rama picoteándose 
      y enorme es el mismo árbol con lluvias bajo el sol 
      que se le ven en la cara 

    • Se pasa de inocente a culpable 
      en un segundo. El tiempo 
      es así, torcazas 
      que cantan en un árbol cansado. 
      La carne piensa y no llora. Pensar 
      es ver la nada que nota 
      en una cucharada de sopa. 
      El dolor no se olvida 
      de uno. Sombras ahí, 

    • Cohabito con un oscuro animal. 
      Lo que hago de día, de noche me lo come. 
      Lo que hago de noche, de día me lo come. 
      Lo único que no me come es la memoria. Se encarniza en palpar 
      hasta el más chico de mis errores y mis miedos. 
      No lo dejo dormir. 

    • hoy llueve mucho, mucho, 
      y pareciera que están lavando el mundo 
      mi vecino de al lado mira la lluvia 
      y piensa escribir una carta de amor/ 
      una carta a la mujer que vive con él 
      y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él 
      y se parece a su sombra/