Sudamericanos, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    Sudamericanos

    ¿se fue por el aire o era 
    una invención de cuello verde 
    Isidoro Ducasse de Lautréamont 
    se fue por el aire o era: 
    una invención de cuello verde 
    un Isidoro del otro amor 
    que comía rostros podridos 
    melancolías desesperos 
    penas blanquitas tristes furias 
    y erguía entonces su valor 
    y reemplazaba la desdicha 
    por unos cuantos resplandores 

    el sudamericano magnífico 
    de algas en la boca 
    ¿dónde encontraba resplandores? 
    los encontró en rostros podridos 
    melancolías desesperos 
    penas blanquitas tristes furias 
    que le tocaron corazón 
    como se dice lo pudrieron 
    desesperaron atristaron 
    se lo vio como un pajarito 
    en Canelones y Boul\' Mich\' 
    pasear a la Melanco Lía 
    como una noviecita pura 
    disimulando violaciones 
    cometidas en el quartier 

    'oh dulce novia' le decía 
    clavándola contra sus brazos 
    abiertos y una especie de 
    mar le salía a Lautréamont 
    por la mirada por la boca 
    por las muñecas por la nuca 
    'a ver cómo te mueres' le 
    decía 'bella' le decía 
    mientras la amaba especialmente 
    y la desarmaba en París 
    como una fiesta como un fuego 
    ayer crepita todavía 
    en un cuarto de Poissonières 
    que huele a suda mericano 

    ea Ducasse Latréamont 
    montevideano ea ea 
    en vide o monte de ta mort 
    parecía una bola de oro 
    una calor desenvainada 
    la tristeza decapitó 
    la furia desenfureció 
    se fue por el aire o era 
    un Isidoro Ducasse muerto 
    solamente por esta vez 
    o como lluvia de otro amor 
    mojó a Nuestra Dama de 
    la Comuna armada y amada 
    con la belleza que subía 
    de su cuello verde podrido 

    en mil nueve sesentisiete 
    por la barranca de los loros 
    se lo oyó como que volaba 
    o parecía crepitar 
    contra la selva agujereada 
    los desesperos del país 
    las melancolías más gordas 
    pero fue el otro que cayó 
    solamente por esta vez 
    mientras Ducasse descansaba 
    en un campamento de sombras 

    • habría un par de cosas que decir/ 
      que nadie la lee mucho/ 
      que esos nadie son pocos/ 
      que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial/ y 
      con el asunto de comer cada día/se trata 
      de un asunto importante/recuerdo 
      cuando murió de hambre el tío juan/ 

    • No sé por qué te amo. 
      Sé que por eso te amo. 
      Cae mi lengua, como la de Catulo, 
      en su doble noche de deseo. 
      Nadie vuelve de vos 
      a lo que fue. Cuando callan 
      las palabras inevitables, las 
      repeticiones del dolor y 
      los huecos de la tiniebla alta, 

    • ¿se fue por el aire o era 
      una invención de cuello verde 
      Isidoro Ducasse de Lautréamont 
      se fue por el aire o era: 
      una invención de cuello verde 
      un Isidoro del otro amor 
      que comía rostros podridos 
      melancolías desesperos 

    • Y construí tu rostro. 
      Con adivinaciones del amor, construía tu rostro 
      en los lejanos patios de la infancia. 
      Albañil con vergüenza, 
      yo me oculté del mundo para tallar tu imagen, 
      para darte la voz, 
      para poner dulzura en tu saliva. 

    • En un colchón de piedras duerme 
      el saqueo del sueño, la 
      lengua cortada en pedacitos 
      de la memoria a la linda alondra. 
      Qué es una alondra preguntaba 
      la multitud que come altura, el 
      existir que no quiere 
      ser ensuciado, la violenta 

    • Padre, 
          desde los cielos bájate, he olvidado 
      las oraciones que me enseñó la abuela, 
      pobrecita, ella reposa ahora, 
      no tiene que lavar, limpiar, no tiene 
      que preocuparse andando el día por la ropa, 
      no tiene que velar la noche, pena y pena,