Díptico galante, de Leopoldo Lugones | Poema

    Poema en español
    Díptico galante

       I 


    París... El bosque... Tú... Tarde azulina, 
    que en actitud, por cierto muy francesa, 
    al amparo del haya más espesa 
    se empolva con un poco de neblina. 

    Frágil al beso que en falaz promesa 
    suena como un luis, engolosina 
    su boca demasiado purpurina 
    de morder la diabólica frambuesa. 

    En la pálida arena de las calles. 
    Trilla el sol que se va para Versalles 
    las aristas del rayo postrimero; 

    y brillando en tus breves escarpines, 
    te echa a los pies puñados de sequines, 
    como un sultán un poco rastacuero. 



       II 


    Versalles otoñal con sus pardillos, 
    y el agua que en el césped les gorgea; 
    y tú, evocando en señoril presea 
    las damas de lunares y tontillos. 

    Y los nobles castaños amarillos, 
    y aquella fuente en que, pueril ralea, 
    montados en sus cisnes de pelea 
    van flechando un tritón cuatro amorcillos. 

    Vestida «de carácter» por la luna, 
    te da el silencio atmósfera oportuna. 
    (Suspirante silencio de jardines, 

    donde al rumor del raso en que te ahuecas 
    sopla sentimentales hojas secas 
    una divagación de violines).