Al pasar la barca, de Lola Mascarell | Poema

    Poema en español
    Al pasar la barca

    Qué lejos se oye hoy aquella letra, 
    qué distancia en el aire, 
    los frágiles compases, 
    la vieja cantinela de la comba. 

    Qué quieta permanece en el recuerdo 
    la niña de las trenzas, 
    qué inmóvil en su orilla va contando 
    las vueltas uniformes, 
    los giros casi mágicos del cabo. 
    Y el dulce cosquilleo que le sube 
    trepando por las tripas 
    apenas la arrebata de ese trance. 
    Muñeca embelesada, se ha lanzado 
    al eco persistente de la cinta, 
    al hueco que dibuja sobre el cielo 
    el ritmo sincopado de la cuerda. 

    Qué quieta permanece en el recuerdo 
    la niña de las trenzas, 
    sumida en ese círculo vacío 
    que juega a recogerla en sus entrañas: 
    el látigo del tiempo 
    que llega y que se marcha mientras ella 
    sortea los vaivenes de su envite 
    con técnica cadencia. 

    Y así pasa la tarde entre las brisas, 
    pretérita y absorta. Qué lejana 
    su voz y su distancia. 
    Qué inmóvil permanece en el recuerdo 
    su dicha sin objeto. 
    La barca impetuosa de las horas, 
    azota su minúscula alegría, 
    su cándida ignorancia 
    de niña tan bonita, 
    que salta y se detiene y va cantando 
    que no paga dinero todavía.