Licantropía contemporánea, de Louis Aragon | Poema

    Poema en español
    Licantropía contemporánea

    El grado más alto de la tristeza tanto puede ser 
    un general ciego mendigando a través de las islas 
    como hacia las 3 de la mañana la avenida 
    de la Ópera 
    No hay límites para la melancolía humana 
    Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide 
    de las lágrimas 
    Están seguros de padecer tanto como una mujer estrangulada 
    en el momento en que ella sabe que todo ha terminado y desea acabar 
    Están seguros de que no valdría más ser 
    ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las horas que se acercan 
    Desde hace tiempo vivo mi último minuto 
    La arena que mastico es la de una agonía invisible y perpetua 
    Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el peluquero 
    son las únicas en delatar el negro infierno interior que me habita 
    Como cuerpos privados de sepultura 
    los hombres se pasean por el jardín de mi mirada 
    Soñadores inexplicables 
    o soy el único a quien golpea una mano desecada 
    en este desierto poblado entre estas flores áridas 

    Amo y soy amado Nada nos separa 
    Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido del amor 
    El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo 
    Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable 
    Amo aunque luego me vea obligado a aullar 
    se extiende por el horizonte donde graznan inútilmente los cuervos 
    Sin embargo en cada árbol hay un ahorcado que se balancea 
    en cada hoja una mancha de sangre 

    Qué puede haber peor que el cielo al amanecer o el betún de la tarde 
    Qué es eso que me impide morder a los paseantes en los bulevares 
    La amargura que siento crecer en mí puede ser el primer 
    torrente de un diluvio 
    a cuyo lado el otro parece un vulgar desborde de cloacas 
    Recuerdo que en mil quinientos cuarenta y uno 
    cerca de Pavía 
    cuando me apresaron en la campiña por donde deambulaba 
    víctima de los primeros efectos del mal 
    los campesinos no quisieron creerme cuando les dije la verdad 
    Rehusaron tomarme por lobo furioso 
    a causa de mi piel humana y Santos Tomases 
    eternos de la ciencia experimental 
    cuando les confesé que mi piel lupina estaba oculta 
    entre pellejo y carne 
    con sus puñales me hicieron tajos en los miembros y el cuerpo 
    para verificar mis melancólicas afirmaciones 
    no me tocaron la cara 
    espantados por la atroz poesía de mis rasgos 

    Qué es eso que me impulsa a aullar en las tumbas 
    qué es eso que me obliga a escarbar irresistiblemente en el polvo 
    donde duermen los enamorados en descomposición 
    Qué vas tú a exhumar como si la luz viviente 
    no tuviera bastante con las heridas de los vivos 
    Dame el lenguaje tenebroso de los ajusticiados en la silla eléctrica 
    el vocabulario último de los guillotinados 
    La existencia es un ojo reventado Que se me entienda 
    bien un ojo que hacen reventar a cada instante 
    O lo haré examinar con engaños por un médico alienista 
    o bien lo mataré fríamente 
    amor mío 
    durante su sueño mientras yace pálido y desnudo 
    mientras los lobos surgen en torno de los cementerios donde duermen 
    los bellos días que pasamos juntos amor mío. 

    Aldo Pellegrini