Tú y las lentejas, de María Beneyto | Poema

    Poema en español
    Tú y las lentejas

    Las guisabas con mimo, las amabas, 
    porque tenían que ponemos fuerza 
    en la sangre. Su hierro la querías 
    para así apuntalamos y que entonces 
    pudiéramos erguir algo de vida. 

    Hasta laurel llevabas, todo aroma, 
    a la gran reunión, a la asamblea. 
    El fuego, buen amigo de tus manos, 
    obediente y pequeño, le embestía 
    a tu otra amiga, su enemiga, el agua. 

    Era tu guerra chica interminable 
    en el frente que urdías con el rito 
    diario, de enfrentar dos elementos 
    a combatir furiosos por nosotros. 
    Era aquella tu España diminuta. 

    Las lentejas cocían tu esperanza, 
    nuestro futuro tierno, nuestra historia. 
    Erguían estatura al aire, daban 
    voracidad de dientes, daban rabia 
    de paladar. y alegría de estar vivos. 

    Lentejas con laurel y lo que hubiera. 
    Crecíamos. El humo y el aroma 
    venían de tus manos, hueso ahora, 
    madres del hueso articulado mío.