¿Quién de amor venturas halla? El que calla. ¿Quién triunfa de su aspereza? La firmeza. ¿Quién da alcance a su alegría? La porfía. Dese modo, bien podría esperar dichosa palma si en esta empresa mi alma
«¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla! Porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza?
Mar sesgo, viento largo, estrella clara, camino, aunque no usado, alegre y cierto, al hermoso, al seguro, al capaz puerto llevan la nave vuestra, única y rara.