Vea yo los ojos bellos, de Miguel de Cervantes | Poema

    Poema en español
    Vea yo los ojos bellos

        Vea yo los ojos bellos 
    deste sol que estoy mirando 
    y si se van apartando 
    váyase el alma tras ellos. 

          Sin ellos no hay claridad 
    ni mi alma no la espere, 
    que, ausente de ellos no quiere 
    luz, salud, ni libertad. 

          Mire quien puede estos ojos, 
    que no es posible alaballos, 
    mas ha de estar por mirallos 
    de la vida los despojos. 

          Yo los veo y yo los vi 
    y cada vez que los veo 
    les doy un nuevo deseo 
    tras el alma que les di. 

          Ya no tengo más que dar, 
    ni imagino más que dé, 
    si por premio de mi fe 
    no se admite el desear. 

          Cierta está mi perdición 
    si estos ojos do el bien sobra 
    los pusieren en la obra 
    y no en la sana intención. 

          Aunque durase este día 
    mil siglos, como deseo, 
    a mí, que tanto bien veo, 
    un punto parecería. 

          No hace el tiempo ligero 
    curso en alterar mi edad, 
    mientras miro la beldad 
    de la vida por quien muero. 

          En esta vista reposa 
    mi alma y halla sosiego 
    y vive en el vivo fuego 
    de su luz pura y hermosa. 

          Y hace amor tan alta prueba 
    con ella, que en esta llama 
    a dulce vida la llama 
    y cual fénix la renueva. 

          Salgo con mi pensamiento 
    buscando mi dulce gloria 
    y al fin hallo en mi memoria 
    encerrado mi contento. 

          Allí está y allí se encierra, 
    no en mandos, no en poderíos, 
    no en pompas, no en señoríos 
    ni en riquezas de la tierra.