El cosmonauta, de Nicolás Guillén | Poema

    Poema en español
    El cosmonauta

    El cosmonauta, sin saberlo, 
    arruina el negocio del mito 
    de Dios sentado atento y fijo 
    en un butacón inmenso. 

    ¿Qué se han hecho los Tronos y Potencias? 
    ¿Dónde están los Castigos y Obediencias? 
    ¿Y san Crescencio y san Bitongo? 
    ¿Y san Cirilo Zangandongo? 
    ¿Y el fumazo del incienso??Y la fulígine de la mirra? 
    ¿Y las estrellitas pegadas 
    al cristal ahumado nocturno? 
    ¿Y los arcángeles y los ángeles, 
    y los serafines y los querubines, 
    y las Dominaciones en sus escuadrones 
    y las vírgenes, 
    y todos los demás animales afines? 

    El cosmonauta 
    sigue su pauta. 

    Sube sube sube 
    sube sube sube 
    sube sube sube 
    sube sube sube 
    sube. 

    Deja atrás la última nube. 
    Rompe el último velo. 
    El Cielo. ¿El Cielo? 
    Frío. 
    El vasto cielo frío. 
    Hay en efecto un butacón, 
    pero está vacío.