Lágrimas de los ojos, los infortunios de los infortunados, Infortunios sin interés y lágrimas sin color. Él no pide nada, no es insensible, Está triste en prisión y triste si está libre.
Hace un muy triste tiempo, hace una noche negra Sin lugar para un ciego. Los fuertes Están sentados, los débiles tienen el poder Y el rey está de pie y la reina sentada.
Sonrisas y suspiros, injurias que se pudren En bocas de mudos y ojos de cobardes. No toquéis nada: ¡esto quema, esto arde! Vuestras manos están hechas Para vuestros bolsillos y para vuestras frentes.
Una sombra... Todo el infortunio del mundo Y encima mi amor Como un animal desnudo.
Ella vive de pie sobre mis párpados Sus cabellos están entre los míos Tiene la forma exacta de mis manos Y el color de mis ojos que la miran Ella se hunde entre mi propia sombra Como una piedra en el azul del cielo.
Te amo por todas las mujeres que no he conocido. Te amo por todos los tiempos que no he vivido. Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente. Por la nieve que se funde por las primeras flores. Por los animales puros que el hombre no persigue.
Lágrimas de los ojos, los infortunios de los infortunados, Infortunios sin interés y lágrimas sin color. Él no pide nada, no es insensible, Está triste en prisión y triste si está libre.
Creí que me rompería lo inmenso lo profundo. Con mi pena desnuda, sin contacto, sin eco, me tendí en mi prisión de puertas vírgenes como un muerto sensato que había sabido morir. Un muerto coronado sólo de su nada... Me tendí sobre las olas absurdas del verano