El cuerno de caza, de Pere Gimferrer | Poema

    Poema en español
    El cuerno de caza

    Para quién pide el viento de esta tarde clemencia 
    En los arcos de otoño qué susurra el zorzal 
    Con sirenas de buques a lo lejos de la ausencia 
    Oh capillas nevadas de la noche y el mal 
    cetrería de oros y de bruma imperial 
    bella presa halconeros un amante desnudo 
    presa de luz de viento de espacio de bahías 
    todo su cuerpo en llamas un puñal un escudo 
    Lebrel en los pantanos qué luz de cacerías 
    para mí sólo amor por mí sólo vivías. 

    No es hablarnos de oídas de cuchillos y sedas 
    ni proyectar historias en los cuartos oscuros 
    Cuando todo se ha ido sólo tú amor me quedas 
    no quiero hablar entonces de estanques ni arboledas 
    sólo el amor nos hace más solemnes más puros 
    En la noche de otoño no me valen conjuros 

    En la glaciar tiniebla de las calles de luna 
    lleva guantes de plata muerta y fosforescente 
    Al acecho en la esquina ninguna voz ninguna 
    me llamará mi amor dulce cuerpo presente 
    Como si hubiera vuelto la niñez de repente 
    oh borrosas imágenes cristal esmerilado 
    densa penumbra densa silencio en los pasillos 
    de puntillas andamos el viento en los visillos 
    las ventanas el agua aquel cuarto cerrado 
    A oscuras muy despacio no sé quién me ha besado 

    Qué me han dado que todo resplandece y se esfuma 
    Qué diluye los rostros en su luz misteriosa 
    Los armarios se abren cae del libro una rosa 
    Rueda en la playa un aro al jardín de la espuma 
    Sí recuerdo mi vida Que el amor le consuma 

    Estos focos que ciegos en la noche no cesan 
    de recorrer palacios y ciegas galerías 
    del país del amor encendidos regresan 
    cuando unos labios a otros labios temblando besan 
    cuando tú amor a mi lado palidecías. 

    Y la muerte de blanco soltará sus jaurías