País mío no existes sólo eres una mala silueta mía una palabra que le creí al enemigo
antes creía que solamente eras muy chico que no alcanzabas a tener de una vez Norte y Sur pero ahora sé que no existes y que además parece que nadie te necesita no se oye hablar a ninguna madre de tí
Ello me alegra porque prueba que me inventé un país aunque me deba entonces a los manicomios
soy pues un diocesillo a tu costa
(Quiero decir: por expatriado yo tú eres ex patria)
En la garganta de un beodo muerto se quedan las palabras que despreció la poesía. Yo las rescato con manos de fantasma con manos piadosas es decir ya que todo lo muerto tiene la licuada piedad de su propia existencia. Furtivamente os las abandono: