Canción a una muchacha muerta, de Vicente Aleixandre | Poema

    Poema en español
    Canción a una muchacha muerta

    Díme, díme el secreto de tu corazón virgen, 
    dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra, 
    quiero saber por qué ahora eres un agua, 
    esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañan con espuma. 

    Díme por qué sobre tu pelo suelto, 
    sobre tu dulce hierba acariciada, 
    cae, resbala, acaricia, se va 
    un sol ardiente o reposado que te toca 
    como un viento que lleva sólo un pájaro o mano. 

    Díme por qué tu corazón como una selva diminuta 
    espera bajo tierra los imposibles pájaros, 
    esa canción total que por encima de los ojos 
    hacen los sueños cuando pasan sin ruido. 

    Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo, 
    que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme, 
    cantas color de piedra, color de beso o labio, 
    cantas como si el nácar durmiera o respirara. 

    Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste, 
    ese rizo voluble que ignora el viento, 
    esos ojos por donde sólo boga el silencio, 
    esos dientes que son de marfil resguardado, 
    ese aire que no mueve unas hojas no verdes. 

    ¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube; 
    oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes; 
    fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna; 
    césped blando que pisan unos pies adorados!

    Vicente Aleixandre nació en Sevilla en 1898. Pasó su infancia en Málaga y vivió casi toda su vida en Madrid, donde estudió Derecho y Comercio. En plena juventud, una enfermedad le obliga a interrumpir sus actividades profesionales. Colaboró en revistas como Revista de Occidente (en 1926), Litoral, Carmen, Verso y Prosa, Mediodía, entre otras. Su primer libro, Ámbito (1928), ya deja ver las señales de su mundo poético: claridad e inmensidad del paisaje, depurada y contenida emoción. Es en Espadas como labios (1932) donde, según Dámaso Alonso, se escuchan ecos de gritos desmesurados, que comienzan a esbozar el translúcido, romántico y unificado mundo de Vicente Aleixandre. Destrucción o el amor (1935), Premio Nacional de Literatura, concreta la "unicidad" de su poesía. Su obra, en definitiva, trata de la vida, el amor y la muerte. Considerado uno de los grandes poetas de la generación del 27, en 1977 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Falleció en Madrid en 1984.