Si, por amar la tierra, pierdo el cielo,
si no logro completa mi estatura
ni pongo el corazón a más altura
por no perder contacto con el suelo;
si no dejo a mis alas tomar vuelo
para escalar mi pozo de amargura
y olvido el resplandor de la hermosura
para vestir el luto de mi duelo,
es porque soy de tierra: en tierra escribo
y al hombre-tierra canto, que, cautivo
de su vivir-morir, se pudre y quema.
Mi reino es de este mundo. Mi poesía
toca la tierra y tierra será un día.
No importa. Cada loco con su tema.