Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós - Penguin Clásicos

Fortunata y Jacinta, junto a La Regenta, es la obra más representativa del realismo literario español. Edición de María Luisa Sotelo Vázquez, profesora de la Universidad de Barcelona, y Adolfo Sotelo Vázquez, director de la Cátedra Camilo José Cela de Estudios Hispánicos Fortunata y Jacinta no es únicamente la gran novela de referencia del siglo XIX, sino también una obra fundamental del legado cultural español en la que Galdós narra la historia de dos mujeres. Jacinta está casada con Juanito Santa Cruz, quien le asegura la continuidad de una posición social acomodada. No obstante, lejos de conformarse con la seguridad de un hogar burgués, ella vive atormentada por las infidelidades de su marido y se siente incapaz, por su propia condición de mujer, de hallar una salida a la prisión dorada en la que vive. Entre las amantes más odiadas de su marido está Fortunata, una mujer de clase obrera que, a pesar de su situación, parece gozar de aquello que más ansía. Sin embargo, Fortunata también se siente atrapada, pues su condición social le impide legitimar un amor que cree más genuino que el impuesto por el matrimonio. La presente edición está a cargo de los hermanos María Luisa Sotelo Vázquez y Adolfo Sotelo Vázquez, profesores de literatura española de la Universidad de Barcelona, cuyo estudio introductorio y aparato de notas acercan al lector a un mundo gobernado por la doble moral.
Tapa blanda
190 x 125 mm
1360 páginas
8491053689
9788491053682

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) es uno de los más importantes novelistas del gran realismo europeo del siglo XIX. Aunque sus aprendizajes literarios fueron en el periodismo político y cultural (La Nación, Revista del Movimiento Intelectual de Europa o Revista de España, entre otras publicaciones), desde 1870 inicia una trayectoria de novelista de gran fecundidad y extraordinaria calidad, tanto en el dominio de la novela histórica (los Episodios Nacionales) como en las novelas contemporáneas, marcadas en una primera fase por una práctica muy inteligente de las doctrinas naturalistas –La desheredada (1881), Lo prohibido (1885), Fortunata y Jacinta (1886-87) o Miau (1888)– y en un segundo momento, por el espiritualismo de las novelas rusas, valga como ejemplo su magistral Misericordia (1897). También a partir de la última década del XIX se convirtió en un dramaturgo de referencia en los teatros madrileños y barceloneses. El estreno en enero de 1901 de Electra es un verdadero aldabonazo en plena crisis de entre siglos y dramas como Casandra (1910) o comedias como Celia en los infiernos (1913) son imprescindibles en la Historia del teatro español del siglo XX. 

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