La luna es una ausencia, de Carolina Coronado | Poema

    Poema en español
    La luna es una ausencia

    Y tú ¿quién eres de la noche errante 
    aparición que pasas silenciosa 
    cruzando los espacios ondulante 
    tras los vapores de la nube acuosa? 

    Negra la tierra, triste el firmamento, 
    ciegos mis ojos sin tu luz estaban, 
    y suspirando entre el oscuro viento 
    tenebrosos espíritus vagaban. 

    Yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos 
    perfiles asomar con lenta calma, 
    como tu rayo descendió a mis ojos, 
    tierna alegría descendió a mi alma. 

    ¿Y a mis ruegos acudes perezosa 
    cuando amoroso el corazón te ansía...? 
    Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa 
    hija del cielo ven: ¡por qué tardía! 

    Bardo amante, esa hechicera 
    fiel y sola compañera 
    de tu solitaria amiga, 
    presurosa mensajera 
    mis pensamientos te diga. 

    Yo me encontré en unos valles 
    a esa misteriosa guía 
    cuando lenta recorría 
    de olivos desiertas calles, 
    tristes, como el alma mía. 

    Yo de entre la tierra oscura 
    la vi brotar, como pura 
    memoria de tu pasión, 
    en medio la desventura 
    de mi ausente corazón. 

    Y como el recuerdo amante 
    me siguió en mi soledad 
    callada, tierna, constante, 
    sin apartarse un instante 
    esa nocturna beldad. 

    Porque si yo caminaba 
    y con pasos fugitivos 
    árbol tras árbol cruzaba, 
    ella al par se deslizaba 
    entre los negros olivos. 

    Si un instante suspendía 
    mi carrera silenciosa, 
    sobre la copa sombría 
    del árbol se detenía, 
    como una paloma hermosa. 

    Por eso el tierno quebranto 
    sabe de mi ausencia, sola, 
    porque al escuchar mi canto 
    vino a sorprender mi llanto 
    con la luz de su aureola. 

    Y pues es la verdadera 
    fiel y sola compañera 
    de tu solitaria amiga, 
    presurosa mensajera 
    mis pensamientos te diga.