¿Teméis de esa que puebla las montañas
turba de brutos fiera el desenfreno?...
¡Más feroces dañinas alimañas
la madre sociedad nutre en su seno!
Bullen, de humanas formas revestidos,
torpes vivientes entre humanos seres
que ceban el placer de sus sentidos
en el llanto infeliz de las mujeres.
No allá a las lides de su patria fueron
a exhalar de su ardor la inmensa llama;
nunca enemiga lanza acometieron,
que otra es la lid que su valor inflama.
Nunca el verdugo de inocente esposa
con noble lauro coronó su frente:
¡ella os dirá temblando y congojosa
las gloriosas hazañas del valiente!