¿Teméis de esa que puebla las montañas turba de brutos fiera el desenfreno?... ¡Más feroces dañinas alimañas la madre sociedad nutre en su seno!
Bullen, de humanas formas revestidos, torpes vivientes entre humanos seres que ceban el placer de sus sentidos en el llanto infeliz de las mujeres.
No allá a las lides de su patria fueron a exhalar de su ardor la inmensa llama; nunca enemiga lanza acometieron, que otra es la lid que su valor inflama.
Nunca el verdugo de inocente esposa con noble lauro coronó su frente: ¡ella os dirá temblando y congojosa las gloriosas hazañas del valiente!
Esa oscura enfermedad que llaman melancolía, me trajo a la soledad, a verte, luna sombría. Ya seas amante doncella, ya informe, negro montón de tierra, que en forma bella nos convierte la ilusión, ni a sorprender tus amores
Yo vi lucir los albores de esa purísima atmósfera, y brotar las claras aguas de aquella ribera hermosa, y nacer de su arboleda una por una las hojas. Yo he visto esas altas sierras ir subiendo entre las sombras, y alzarse el puente y la torre
No lo toméis a consejo, pues vos para aconsejado y yo para consejera inútiles somos ambos: vos, señor, porque contáis con muy razonables años para poder en la vida dirigiros ya sin ayo, y esta humilde servidora por tenerlos muy escasos