Siempre nos piden que entendamos el punto de vista de los demás no importa cual estúpido o aburrido sea.
Te piden que veas su fatal error sus vidas malgastadas con amabilidad, especialmente si son viejos. Pero la vejez es el total de nuestros actos ellos envejecieron mal porque vivieron mal, rehusaron ver. ¿No es su responsabilidad? ¿De quién es? ¿mía? Me piden que no les diga lo que pienso por miedo de su miedo. La vejez no es un crimen.
Pero la vergüenza de una vida deliberadamente malgastada entre tantas vidas deliberadamente malgastadas. Sí lo es.
siempre habrá gente que diga: vayámonos a pasear en barco o vayámonos a Argentina o vayámonos al cine o vayámonos a ver un partido de tenis o a visitar a mi hermana o ¿y sí nos vamos de picnic? y no comprendo ninguna de esas invitaciones porque para mí
la gente está exhausta, infeliz y frustrada, la gente es amarga y vengativa, la gente está engañada y temerosa, la gente es iracunda y mediocre y yo conduzco entre ellos en la autopista y ellos proyectan lo que les han dejado de sí mismos
Mis zapatos en el armario cual lirios olvidados, mis zapatos solos ahora mismo, cual perros paseando por avenidas muertas, y recibí una carta de una mujer en un hospital, amor, dice, amor, pero no le respondo, no me entiendo,
sin mucha elección y casi sin quererlo, él era un joven a bordo de un autobús que cruzaba Carolina del Norte rumbo a algún lugar y empezó a nevar y el autobús paró en un café sobre las colinas y los pasajeros entraron.
nunca antes había ocurrido y uno no sabe por qué ocurren tales cosas.
eran más o menos las 11 de la mañana y había salido del bar para tomar el aire. Danny salió y me puse a charlar con Danny. después salió Harry y se nos unió.