Ballet del papel, de Claudio Rodríguez | Poema

    Poema en español
    Ballet del papel

    A Francisco Brines 
     
    ...Y va el papel volando 
    con vuelo bajo a veces, otras con aleteo 
    sagaz, a media ala, 
    con la celeridad tan musical, 
    de rapiña, 
    del halcón, ahora aquí, por esta calle, 
    cuando la tarde cae y se avecina 
    el viento del oeste, 
    aún muy sereno, y con él el enjambre 
    y la cadencia de la miel, tan fiel, 
    la entraña de la danza: 
    las suaves cabriolas de una hoja de periódico, 
    las piruetas de un papel de estraza, 
    las siluetas de las servilletas de papel de seda, 
    y el cartón con pies bobos. 
    Todos los envoltorios 
    con cuerpo ágil, tan libre y tan usado, 
    bailando todavía este momento, 
    con la soltura de su soledad, 
    antes de arrodillarse en el asfalto. 
    Va anocheciendo. El viento huele a lluvia 
    y su compás se altera. Y vivo la armonía, 
    ya fugitiva, 
    del pulso del papel bajo las nubes 
    grosella oscuro, 
    casi emprendiendo el vuelo, 
    tan sediento y meciéndose, 
    siempre abiertas las alas 
    sin destino, sin nido, 
    junto al ladrillo al lado, muy cercano 
    de mi niñez perdida y ahora recién ganada 
    tan delicadamente, gracias a este rocío 
    de estos papeles, que se van de puntillas, 
    ligeros y descalzos, 
    con sonrisa y con mancha. 
    Adiós, y buena suerte. Buena suerte. 

    Claudio Rodríguez nació en 1934 en Zamora y en 1951 se trasladó a Madrid, en cuya Universidad Complutense se licenció en Filología Románica. Se dio a conocer con Don de la ebriedad, un libro deslumbrante que en 1953 ganó el Premio Adonais. De 1958 data Conjuros, su segundo libro de poemas. Fue lector de español en Inglaterra durante ocho años, primero en la Universidad de Nottingham y luego en la de Cambridge. Allí escribió Alianza y condena (1965), Premio de la Crítica de aquel año. De vuelta en España, se dedicó a la docencia universitaria, y hasta 1976 no publicó su cuarto poemario, El vuelo de la celebración. Recibió el Premio Nacional de Poesía en 1983 e ingresó en la Real Academia Española en 1987. Merecedor del Premio Príncipe de Asturias y del Premio Reina Sofía, falleció en Madrid en 1999. Su último libro, Casi una leyenda, apareció en 1991.