Aquí, en el fin del mundo, las flores sangran como si fueran corazones; los corazones exudan una oscuridad parecida a la tinta china donde los poetas mojan sus plumas y escriben.
No querrás de veras ser poet(is)a. Primero, si eres mujer, tienes que ser tres veces mejor que cualquiera de los hombres. Segundo, tienes que acostarte con todo el mundo. Y tercero, tienes que haberte muerto. Poeta masculino, en conversación.
Los hicimos con la imagen de nuestros miedos para llorar en las puertas, en las despedidas- aún las más breves. A rogar por comida en la mesa y para mirarnos con esos ojos enormes dolorosos, y para quedarse a nuestro lado
Envidio a los hombres que pueden anhelar con infinita vaciedad el cuerpo de una mujer, que esperan que su anhelo haga un niño, que su oquedad misma fertilice lo oscuro.