Muerte, no te enorgullezcas, de John Donne | Poema

    Poema en español
    Muerte, no te enorgullezcas

    Muerte, no te enorgullezcas, aunque algunos te hayan llamado 
    poderosa y terrible, no lo eres; 
    porque aquellos a quienes crees poder derribar 
    no mueren, pobre Muerte; y tampoco puedes matarme a mí. 
    El reposo y el sueño, que podrían ser casi tu imagen, 
    brindan placer, y mayor placer debe provenir de ti, 
    y nuestros mejores hombres se van pronto contigo, 
    ¡descanso de sus huesos y liberación de sus almas! 
    Eres esclava del destino, del azar, de los reyes y de los desesperados, 
    y moras con el veneno, la guerra y la enfermedad; 
    y la amapola o los hechizos pueden adormecernos tan bien 
    como tu golpe y mejor aún. ¿Por qué te muestras tan engreída, entonces? 
    Después de un breve sueño, despertaremos eternamente 
    y la Muerte ya no existirá. ¡Muerte, tú morirás! 

    • ¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece? 
      ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla? 
      ¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe? 
      ¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo? 

    • Muerte, no te enorgullezcas, aunque algunos te hayan llamado 
      poderosa y terrible, no lo eres; 
      porque aquellos a quienes crees poder derribar 
      no mueren, pobre Muerte; y tampoco puedes matarme a mí. 
      El reposo y el sueño, que podrían ser casi tu imagen, 

    • Desearía hablar con el espíritu 
      de algún antiguo amante, 
      muerto antes de que el dios del amor naciera; 
      imposible creer que quien más amara entonces 
      se rebajara a amar a quien lo despreciaba. 
      Pero desde aquella época, el dios 

    • Sé que soy dos veces tonto, 
      por amar, y por decirlo 
      en poesía quejumbrosa. 
      Pero ¿dónde está ese sabio, que no podría ser yo, 
      si ella no me rehusara? 
      Así, como las vías interiores, tortuosas, 
      purgan el agua del mar de la corrosiva sal,