Patria, cuyo nombre no sé, de José Ángel Valente | Poema

    Poema en español
    Patria, cuyo nombre no sé

    A Aurelio Menéndez 
     
    Yo no sé si te miro 
    con amor o con odio 
    ni si eres más que tierra 
    para mí. 
    Pero contigo sólo, 
    a muerte, debo 
    levantarme y vivir. 
    Aquí es tu piel tirante 
    sobre el mapa del alma, 
    azotada y cruel; 
    allí suave, 
    rota en ríos de lluvia, 
    inclinada hacia el mar. 
    Allí paso perdido, 
    pie puro que anda el sueño; 
    aquí cráneo abrasado 
    por el peso de Dios. 
    Estoy así mirándote 
    con un ojo que apenas 
    ha nacido a mirar. 
    Porque he venido ayer 
    y no sé aún quién eres, 
    aunque tal vez no seas 
    nada más verdadero 
    que esta ardiente pregunta 
    que clavo sobre ti. 

    Vine cuando la sangre 
    aún estaba en las puertas 
    y pregunté por qué. 
    Yo era hijo de ella 
    y tan sólo por eso 
    capaz de ser en ti. 

    Vine cuando los muertos 
    palpitaban aún próximos 
    al nivel de la vida 
    y pregunté por qué. 
    Yacían bajo tierra: 
    tú eras su verdad. 

    Caía el sol, caía 
    inútilmente el pan, 
    caía entre la noche 
    y la sombra de nadie 
    derribada la fe. 
    Y sin embargo supe 
    que tú estabas allí. 

    Apenas, casi a solas, 
    entre el aire y la muerte, 
    un brote nuevo 
    se atrevía a pujar. 
    Solo, entre la esperanza 
    estéril, la esperanza 
    ganada, las palabras 
    caídas, las palabras 
    como ciegas banderas 
    levantadas, un brote 
    se atrevía a pujar. 

    Oh, cómo en las colinas 
    sobreviviente el aire 
    se animaba en él. 

    Debías protegerlo. 
    No lo hicisteis. 
    Temblad. 
    Porque debió crecer 
    para la luz, no para 
    la sombra, el odio, para 
    la negación. 
    La tierra había sido 
    removida y arada 
    con la sangre de todos. 
    Con la sangre. Era 
    difícil la alegría; 
    necesitábamos 
    primero la verdad. 

    Hemos venido. Estamos 
    solos. Pregunto, 
    ¿quién tiene tu verdad? 

    Tú eres esa pregunta. 

    Oh patria y patria 
    y patria en pie 
    de vida, en pie 
    sobre la mutilada 
    blancura de la nieve, 
    ¿quién tiene tu verdad?

    José Ángel Valente nació en Orense en 1929. Cursó estudios en las Universidades de Santiago de Compostela y Madrid, donde se licenció en Filología Románica. Enseñó algunos años en el Departamento de Español de la Universidad de Oxford, de la que recibió el grado de Master of Arts. Ha publicado los siguientes libros de poesía: A modo de esperanza (1955) (Premio Adonais 1954), Poemas a Lázaro (1960) (Premio de la Crítica), La memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son (1968), Presentación y memorial para un monumento (1970), El inocente (1970), Treinta y siete fragmentos (1972), Interior con figuras (1976), Material memoria (1979), Mandorla (1982), El fulgor (1984), Al dios del lugar (1989), No amanece el cantor (1992) (Premio Nacional de Poesía) y Nadie (1996). Su obra poética en gallego se reúne en Cántigas de alén (1996). Reunió parte de sus ensayos en el volumen Las palabras de la tribu (1971). Es autor asimismo de un ensayo sobre Miguel de Molinos, que precede a una edición de escritos de dicho tratadista (1974) y del volumen de textos narrativos y poéticos en prosa El fin de la edad de plata (Seix Barral, 1973). Ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1998.