Balada del mar no visto, de León de Greiff | Poema

    Poema en español
    Balada del mar no visto

    No he visto el mar. 
    Mis ojos 
    -vigías horadantes, fantásticas luciérnagas; 
    mis ojos avizores entre la noche; dueños 
    de la estrellada comba; 
    de los astrales mundos; 
    mis ojos errabundos 
    familiares del hórrido vértigo del abismo; 
    mis ojos acerados de viking, oteantes; 
    mis ojos vagabundos 
    no han visto el mar... 

    La cántiga ondulosa de su trémula curva 
    no ha mecido mis sueños; 
    ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre; 
    ni aturdió mi retina con el rútilo azogue 
    que rueda por su dorso... 
    Sus resonantes trombas, 
    sus silencios, yo nunca pude oír...: 
    sus cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos; 
    ni su mutismo impávido cuando argentos y oros 
    de los soles y lunas, como perennes lloros 
    diluyen sus riquezas por el glauco zafir...! 

    Ni aspiré su perfume! 
    Yo sé de los aromas 
    de amadas cabelleras... 
    Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos 
    y frágiles y tibios; 
    de senos donde esconden sus hálitos las pomas 
    preferidas de Venus! 
    Yo aspiré las redomas 
    donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos; 
    las zábilas y mirras del mago Zoroastro... 
    Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar. 

    Mis labios sitibundos 
    no en sus odres la sed 
    apagaron: 
    no en sus odres acerbos 
    mitigaron la sed... 
    Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos, 
    labios cogitabundos 
    que amargaron los ayes y gestos iracundos 
    y que unos labios -vírgenes- captaron en su red! 

    Hermano de las nubes 
    yo soy. 
    Hermano de las nubes, 
    de las errantes nubes, de las ilusas del espacio: 
    vagarosos navíos 
    que empujan acres soplos anónimos y fríos, 
    que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos! 
    Viajero de las noches 
    yo soy. 

    Viajero de las noches embriagadoras; nauta 
    de sus golfos ilímites, 
    de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos, 
    -vacíos de infmito..., vacíos... -Dócil nauta 
    yo soy, 
    y mis soñares derrotados navios... 
    Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros 
    de piratas... ¡el mar! Mis ojos vagabundos 
    -viajeros insaciados- conocen cielos, mundos, 
    conocen noches hondas, ingraves y serenas, 
    conocen noches trágicas, 
    ensueños deliciosos, 
    sueños inverecundos... 
    Saben de penas únicas, 
    de goces y de llantos, 
    de mitos y de ciencia, 
    del odio y la clemencia, 
    del dolor 
    y el amar...! 

    Mis ojos vagabundos, 
    mis ojos infecundos...: 
    no han visto el mar mis ojos, 
    no he visto el mar!