Mañana sí veré con ojos jubilosos
la luz, la luz del día;
en pleno día miraré la noche fúlgida,
en pleno día oiré sus cánticos, absorto,
los cantos de la noche única!
en pleno día
respiraré el aroma de la noche estremecida!
Yo besaré los labios de la noche:
y mis manos febriles
pondrán presas sus manos tibias
y oprimirán los flancos de la noche
y los muslos —vía láctea—, los muslos siderales de la noche;
y mis manos febriles
retozarán en cálidos oteros
y odorantes colinas
y jardines ocultos de la noche...
Yo escrutaré los ojos de la noche:
me beberé el fulgor de sus pupilas
por saber si es amor ese fulgor...:
—por saber si es amor el hondo efluvio,
el tormentoso exálito que efunde la melena de la noche,
me embriagaré en su bruna cabellera...:
por saber si es amor todo el perfume
que envuelve el cuerpo en ascuas de la noche,
yo estrecharé en mis brazos el cuerpo de la noche...
Mañana sí veré con ojos jubilosos
la luz, la luz del día:
en pleno día miraré la noche fúlgida,
en pleno día oiré sus cánticos, absorto,
los cantos de la noche única!
en pleno día
aspiraré el aroma de la noche estremecida!