Señora Muerte que se va llevando
todo lo bueno que en nosotros topa!...
Solos -en un rincón- vamos quedando
los demás... ¡gente mísera de tropa!
Los egoístas fatuos y perversos
de alma de trapo y corazón de estopa...;
manufactores de fugaces versos;
poetas de cuadrícula y balanza,
a toda pena, a todo amor adversos..:
los que gimen patética romanza;
lacrimosos que exhiben su película;
versistas de salón y contradanza;
cantores de la tórrida canícula;
del polo frío, del canoso invierno...
líricos de alma exánime y ridícula!
Bardos que prostituyen el eterno
jardín, y que florecen madrigales
de un olor soporífero y externo...
Vates ultra-sensibles y banales
que ningún vaho de verdad anima.
Gramáticos solemnes y letales...
Malabaristas de estudiada esgrima!
¡Oh tristeza perenne de las cosas
que no tienen sabor, -hechas a lima!
...En un rincón quedamos las tediosas
gentes sin emoción, huecas y vanas...
¡Lléguense las nocturnas mariposas
fúnebres, y que lloren las campanas...!
Este fastidio que me está matando...
¿dónde las almas íntimas, hermanas...?
¡Señora Muerte se las va llevando!