Homenaje, de Luis Cernuda | Poema

    Poema en español
    Homenaje

    Ni mirto ni laurel. Fatal extiende 
    su frontera insaciable el vasto muro 
    por la tiniebla fúnebre. En lo oscuro, 
    todo vibrante, un claro son asciende. 

    Cálida voz extinta, sin la pluma 
    que opacamente blanca la vestía, 
    ráfagas de su antigua melodía 
    levanta arrebatada entre la bruma. 

    Es un rumor celándose suave; 
    tras una gloria triste, quiere, anhela. 
    Con su acento armonioso se desvela 
    ese silencio sólido tan grave. 

    El tiempo, duramente acumulando 
    olvido hacia el cantor, no lo aniquila; 
    siempre joven su voz, late y oscila, 
    al mundo de los hombres va cantando. 

    Mas el vuelo mortal tan dulce ¿adonde 
    perdidamente huyó? Deshecho brío, 
    el mármol absoluto en un sombrío 
    reposo melancólico lo esconde. 

    Qué paz estéril, solitaria, llena 
    aquel vivir pasado, en lontananza, 
    aunque, trabajo bello, con pujanza 
    aún surta esa perenne, humana vena. 

    Toda nítida aquí, vivaz perdura 
    en un son que es ahora transparente. 
    Pero un eco, tan solo; ya no siente 
    quien le infundió tan lúcida hermosura.