Puesta de sol, de Luis Gonzaga Urbina | Poema

    Poema en español
    Puesta de sol

    Y fueron de la tarde las claras agonías: 
    el sol, un gran escudo de bronce repujado, 
    hundiéndose en los frisos del colosal nublado, 
    dio formas y relieves a raras fantasías. 

    Mas de improviso, el orto lanzó de sus umbrías 
    fuertes y cenicientas masas, un haz dorado; 
    y el cielo, en un instante vivo y diafanizado, 
    se abrió en un prodigioso florón de pedrerías. 

    Los lilas del Ocaso se tornan oro mate; 
    pero aún conserva el agua su policroma veste: 
    —sutiles gasas cremas en brocatel granate—. 

    Hay una gran ternura recóndita y agreste; 
    y el lago, estremecido como una entraña, late 
    bajo la azul caricia del esplendor celeste.