Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no —¿adónde se me ha escapado?—. Los pongo en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos.
Posesión de tu nombre, sola que tú permites, felicidad, alma sin cuerpo. Dentro de mí te llevo porque digo tu nombre, felicidad, dentro del pecho. «Ven»: y tú llegas quedo; «vete»: y rápida huyes. Tu presencia y tu ausencia
La rosa, la rosa pura. Quiero mandarte la pura rosa. La que no tiene símbolo ni signo. La que no pese porque recuerda un recuerdo. La que no cante porque se cogió con el gozo. La que no tenga fecha, fecha de hombre, fecha de número,
Como él vivió de día, sólo un día, no pudo ver más que la luz. Se figuraba que todo era de luz, de sol, de júbilo seguro, que los pájaros no pararían nunca de volar y que los síes que las bocas decían no tenían revés. La inexorable
Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas.
Lanzas palabras veloces, empavesadas de risas, invitándome a ir adonde ellas me lleven. No te atiendo, no las sigo: estoy mirando los labios donde nacieron.
Aquí en esta orilla blanca del lecho donde duermes estoy al borde mismo de tu sueño. Si diera un paso mas, caerla en sus ondas, rompiéndolo como un cristal. Me sube el calor de tu sueño hasta el rostro. Tu hálito
Ahora te quiero, como el mar quiere a su agua: desde fuera, por arriba, haciéndose sin parar con ella tormentas, fugas, albergues, descansos, calmas. ¡Qué frenesíes, quererte! ¡Qué entusiasmo de olas altas, y qué desmayos de espuma