Vía cansada, de Raquel Lanseros | Poema

    Poema en español
    Vía cansada

    Entre un pecho y la bala que lo busca 
    hay la misma distancia 
    que existe entre los dedos y el gatillo. 
    La muerte no se mide por pulgadas. 

    En la tarde, la niebla 
    tiene forma de adiós. 
    Ella está sola al lado de la vía. 
    Mira el tren que se aleja 
    cada vez más pequeño, cada vez más lejano 
    igual que una canción envejecida. 
    Puede extender la mano contra el sol del oeste. 
    En ese instante, el tren 
    le cabe entre dos dedos. 
    Entonces piensa: Este es el tamaño 
    exacto de mi vida. 

    Sin embargo, ya sabe 
    que las cosas que el tren arrastra lejos 
    no cabrán nunca más 
    entre su pecho y el último segundo 
    en que su corazón siga latiendo. 

    La vida es un asunto 
    que no puede medirse por pulgadas. 

    Es una tarde pálida. Ella sigue mirando, 
    inmóvil como el tiempo de los ejecutados. 
    Trata de calcular la lejanía 
    que existe entre ella misma 
    y sus mejores sueños. 

    La ilusión es un río 
    que no puede medirse con las manos. 

    En medio del andén, detenida en el tiempo, 
    una mujer aprende que marcharse 
    es una nueva forma de seguir estando 
    siempre en alguna parte.