¿Aún es tiempo de alcanzar ese cuerpo vivo y de besar en esa boca el nacimiento de la voz amada?
He soñado tanto contigo que mis brazos acostumbrados, de tanto estrechar tu sombra, a cruzarse sobre mi pecho, no se adaptarían al contorno de tu cuerpo, quizás.
Y ante la apariencia real de lo que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años, me convertiría sin duda en una sombra.
Oh balanzas sentimentales.
He soñado tanto contigo que ya no es tiempo sin duda de despertar. Duermo de pie, el cuerpo expuesto a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que hoy cuenta para mí, has de saber que me sería más difícil tocar tu frente y tus labios que los primeros labios y la primera frente que llegaran.
He soñado tanto contigo, caminado tanto, hablado tanto, me he acostado tantas veces con tu fantasma que ya no me queda más quizá, y sin embargo, que ser fantasma entre los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que se pasea y se paseará alegremente por el reloj de sol de tu vida.
Tan semejante a la flor y a la corriente de aire al curso del agua a las sombras pasajeras a la sonrisa vislumbrada aquella famosa noche a medianoche tan semejante a toda la felicidad y a la tristeza
En la noche están naturalmente las siete maravillas del mundo y la grandeza y lo trágico y el encanto. Los bosques se tropiezan confusamente con las criaturas legendarias escondidas en los matorrales. Estás tú.
Noche glacial y pútrida, noche espantable, noche De fantasmas inválidos y de plantas podridas, Incandescente noche, llama y fuego en los pozos, Tinieblas sin relámpagos, astucias y mentiras.
Es extraño despertarse a veces en plena noche. En pleno sueño alguien toca la puerta y en la extraordinaria ciudad de medianoche de medio-sueño de medio-recuerdo las puertas de los zaguanes retumban con estrépito de calle en calle
Lucho furiosamente contra animales y botellas Desde hace poco tiempo quizá diez horas una después de otra La hermosa nadadora que tenía miedo del coral esta mañana se despierta El coral coronado de acebo llama a su puerta
Ahora llega el tiempo de las cruzadas. Por las ventanas cerradas los pájaros se obstinan en hablar como peces de acuario. Junto al escaparate de una tienda una bonita mujer sonríe. Felicidad no eres sino lacre