Lucho furiosamente contra animales y botellas
Desde hace poco tiempo quizá diez horas una después de otra
La hermosa nadadora que tenía miedo del coral esta mañana
se despierta
El coral coronado de acebo llama a su puerta
¡Ah! otra vez el carbón siempre el carbón
Te conjuro carbón genio tutelar del sueño y de mi soledad
déjame déjame seguir hablando de la hermosa nadadora
que tenía miedo del coral
No dictamines más sobre este tema seductor de mis sueños
La hermosa nadadora descansaba en un lecho de encajes y
de pájaros
Los vestidos sobre una silla al pie del lecho iluminados por los fulgores
los últimos fulgores del carbón
Llegado éste de las profundidades del cielo de la tierra y del mar
estaba orgulloso de su pico de coral y de sus grandes
alas de crespón
Durante toda la noche él había seguido divergentes entierros hacia
cementerios suburbanos
Había asistido a bailes en las embajadas y dejado su rastro en una hoja de helecho
de los vestidos de raso blanco
Se había erguido terrible en la proa de los navíos y los navíos
no habían vuelto
Ahora agazapado en la chimenea acechaba el despertar de la espuma
y el canto de las marmitas
Su paso resonante había turbado el silencio de las noches en las calles
de adoquines sonoros
Carbón sonoro carbón amo del sueño carbón
Ah dime ¿dónde está la hermosa nadadora que tenía miedo del coral?
Pero precisamente la nadadora se ha vuelto a dormir
Y me quedo frente a frente con el fuego y me quedaré toda la noche para
interrogar al carbón con alas de tiniebla que insiste
en proyectar sobre mi camino monótono la sombra
de su humareda y el reflejo terrible de sus brasas
Carbón sonoro carbón despiadado carbón.
He soñado tanto contigo que pierdes tu realidad.
¿Aún es tiempo de alcanzar ese cuerpo vivo y de besar en esa boca el nacimiento de la voz amada?
Noche glacial y pútrida, noche espantable, noche
De fantasmas inválidos y de plantas podridas,
Incandescente noche, llama y fuego en los pozos,
Tinieblas sin relámpagos, astucias y mentiras.
Es extraño despertarse a veces en plena noche.
En pleno sueño alguien toca la puerta
y en la extraordinaria ciudad de medianoche
de medio-sueño de medio-recuerdo
las puertas de los zaguanes retumban
con estrépito de calle en calle
Tan semejante a la flor y a la corriente de aire
al curso del agua a las sombras pasajeras
a la sonrisa vislumbrada aquella famosa noche a medianoche
tan semejante a toda la felicidad y a la tristeza
En la noche están naturalmente las siete maravillas del mundo y la grandeza
y lo trágico y el encanto.
Los bosques se tropiezan confusamente con las criaturas legendarias
escondidas en los matorrales.
Estás tú.
a Georges Malkzine
Ahora llega el tiempo de las cruzadas.
Por las ventanas cerradas los pájaros se obstinan en hablar
como peces de acuario.
Junto al escaparate de una tienda
una bonita mujer sonríe.
Felicidad no eres sino lacre
Lucho furiosamente contra animales y botellas
Desde hace poco tiempo quizá diez horas una después de otra
La hermosa nadadora que tenía miedo del coral esta mañana
se despierta
El coral coronado de acebo llama a su puerta