Café y cigarrillos, de Roger Wolfe | Poema

    Poema en español
    Café y cigarrillos

    Salgo del trabajo. Los huesos, el cuerpo entero 
    dulcemente dolorido, como –a veces– 
    después de un polvo de los buenos. 
    La luna, sajada en dos pedazos, me recuerda 
    el ojo ese famoso de Buñuel, 
    asomada un tanto tenebrosamente 
    por encima de los árboles. 
    El coche no me arranca. El parabrisas 
    es una roca enorme y congelada. 
    Así que vuelvo a casa andando, 
    velado el claqueteo de mis pasos 
    por la luna, la cabeza 
    llena de café caliente y cigarrillos. 
    Llego al portal y me detengo, 
    soplándome en las manos, bajo 
    el arco de luz que proyecta la ventana 
    sobre el hielo, la hierba sucia y abrasada. 
    Y al otro lado de esa luz te encuentras tú. 

    Y es que un hombre necesita en esta vida 
    otras cosas que no sean 
    lunas surrealistas, coches, oscuras 
    películas de Luis Buñuel.