¿Mujer de ideas? No, nunca he tenido una.
Jamás repetí otras (por pudor o por fallas
nemotécnicas).
¿Mujer de acción? Tampoco.
Basta mirara la talla de mis pies y mis manos.
Mujer, pues, de palabra. No, de palabra no.
Pero sí de palabras,
muchas, contradictorias, ay, insignificantes,
sonido puro, vacuo cernido de arabescos,
juego de salón, chisme, espuma, olvido.
Pero si es necesaria una definición
para el papel de identidad, apunte
que soy mujer de buenas intenciones
que he pavimentado
un camino directo y fácil al infierno.