Valium 10, de Rosario Castellanos | Poema

    Poema en español
    Valium 10

    A veces (y no trates 
    de restarle importancia 
    diciendo que no ocurre con frecuencia 
    se te quiebra la vara con que mides 
    se te extravía la brújula 
    y ya no entiendes nada 

    El día se convierte en una sucesión 
    de hechos incoherentes, de funciones 
    que vas desempeñando por inercia y por hábito. 

    Y lo vives. Y dictas el oficio 
    a quienes corresponde. Y das la clase 
    lo mismo a los alumnos inscritos que al oyente. 
    Y en la noche redactas el texto que la imprenta 
    devorará mañana. 
    Y vigilas (oh, sólo por encima) 
    la marcha de la casa, la perfecta 
    coordinación de múltiples programas 
    -porque el hijo mayor ya viste de etiqueta 
    para ir de chambelán a un baile de quince años 
    y el menor quiere ser futbolista y el de en medio 
    tiene un póster del Che junto a su tocadiscos-. 

    Y repasas las cuentas del gasto y reflexionas, 
    junto a la cocinera, sobre el costo 
    de la vida y el ars magna combinatoria 
    del que surge el menú posible y cotidiano. 

    Y aún tienes voluntad para desmaquillarte 
    y ponerte la crema nutritiva y aún leer 
    algunas líneas antes de consumir la lámpara. 

    Y ya en la oscuridad, en el umbral del sueño, 
    echas de menos lo que se ha perdido: 
    el diamante de más precio, la carta 
    de marear, el libro 
    con cien preguntas básicas (y sus correspondientes respuestas) 
    para un diálogo 
    elemental siquiera con la Esfinge. 

    Y tienes la penosa sensación 
    de que en el crucigrama se deslizó una errata 
    Que lo hace irresoluble. 

    Y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes 
    dormir si no destapas 
    el frasco de pastillas y si no tragas una 
    en la que se condensa, 
    químicamente pura, la ordenación del mundo.