¡Ay, qué desconcierto estar aquí, sin amor! Tiembla la primavera en cada miembro mío; el aire engarza pájaros, las nubes se desposan como un príncipe rubio que las viste de oro; un vegetal desmayo desnuda a las doncellas, desnuda a las acacias… ¡Yo aquí, sin amor! Mar de alhelíes, de fresca y limpia yerba; mar de jóvenes cosas: pájaros, niños, árboles… ¡Qué oleaje de flores sobre los claros días! Y yo aquí, sin amor. Los ojos llenos de verdes resplandores, el corazón latiéndome dulce, tibio, asequible, claudicante, los labios entreabiertos para beber el aire, para beber las flores, para beber la vida.
¡Amor! ¡Qué bien se dice! ¡Qué nombre más hermoso! Decirlo dulcemente, clavarlo como un dardo finísimo al oído: ¡Amor…! -Mejor que el beso, la palabra caliente, mejor que la caricia: Amor… -tan delicada que, al decirla, la lengua se desnuda, se perfuman los labios y el corazón estalla como un botón de rosa.
Amor, ¡tú gobernando; tú creando la vida¡ Amor, ¡y yo aquí, tan sola como un pozo de agua!
¡Ah, déjame que cante para ti esa canción vaga y remota! Yo nací con un verso clavado en mi costado, por cuya herida mana mi sangre enfebrecida. No tengo más que esta tristeza lírica y esta pasión de ser... Desalentada, soy como corza huyendo de la vida.
No es el dolor de los amores incumplidos ni los ideales deshechos. No es tan siquiera la melancolía de envejecer. Es algo más tremendo y más grande, algo que crece dentro de mÍ, tal vez en el tuétano de los huesos y que, acaso, se llame vida.
Dame tu voz antigua en cuyo acento escucho el rumor de los bosques primitivos, el canto misterioso de los seres selváticos, el grito de agonía de la primera virgen violada. Dame tu voz antigua donde yo reconozco mi propia voz extinguida,
¡Ay, qué desconcierto estar aquí, sin amor! Tiembla la primavera en cada miembro mío; el aire engarza pájaros, las nubes se desposan como un príncipe rubio que las viste de oro; un vegetal desmayo
Yo sé que estaba entonces cuando nada existía... Estaba allí, en las sombras de un valle solitario donde aún no fluía la música del agua. Mi desnudez se alzaba sobre el vago paisaje como un grito de auxilio en el mortal vacío.