Una palabra, de Álvaro Mutis | Poema

    Poema en español
    Una palabra

    Cuando de repente en mitad de la vida llega una palabra jamás antes pronunciada, 
    una densa marca nos recoge en sus brazos y comienza el largo viaje entre la magia recién iniciada, 
    que se levanta como un grito en un inmenso hangar abandonado donde el musgo cobija las paredes, entre el óxido 
    de olvidadas criaturas que habitan un mundo en ruinas, una palabra basta, 
    una palabra y se inicia la danza pausada que nos lleva por entre un espeso polvo de ciudades, 
    hasta los vitrales de una oscura casa de salud, a patios donde florece el hollín y anidan densas sombras, 
    húmedas sombras, que dan vida a cansadas mujeres. 
    Ninguna verdad reside en estos rincones y, sin embargo, allí sorprende el mudo pavor 
    que llena la vida con su aliento de vinagre-rancio vinagre que corre por la mojada despensa de una humilde casa de placer. 
    Y tampoco es esto todo. 
    Hay también las conquistas de calurosas regiones donde los insectos vigilan la copulación de los guardianes del sembrado que pierden la 
    voz entre los cañaduzales sin límite surcados por rápidas acequias y opacos reptiles de blanca y rica piel. 
    ¡Oh el desvelo de los vigilantes que golpean sin descanso sonoras latas de petróleo 
    para espantar los acuciosos insectos que envía la noche como una promesa de vigilia! 
    Camino del mar pronto se olvidan estas cosas. 
    Y si una mujer espera con sus blancos y espesos muslos abiertos 
    como las ramas de un florido písamo centenario, 
    entonces el poema llega a su fin, no tiene ya sentido su monótono treno 
    de fuente turbia y siempre renovada por el cansado cuerpo de viciosos gimnastas. 
    Sólo una palabra. 
    Una palabra y se inicia la danza 
    de una fértil miseria.