Tú también eres colina
y sendero de piedras
y juego entre las cañas
y conoces la viña
que calla de noche.
Tú no dices palabras.
Hay una tierra callada
pero no es tierra tuya.
Hay un silencio que dura
en plantas y colinas.
Hay campiñas y aguas.
Eres silencio cerrado,
que no cede; eres labios
y ojos oscuros. Eres la viña.
Es una tierra que espera
sin decir una palabra.
Han pasado los días
bajo cielos ardientes.
Tú has jugado a las nubes.
Es una tierra mala
—y tu frente lo sabe.
Esto también es la viña.
Reencontrarás las nubes,
el cañizal y las voces
como una sombra de luna.
Reencontrarás palabras
allende la vida breve
y nocturna de los juegos,
allende la encendida infancia.
Será dulce callar.
Eres la tierra y la viña.
Un silencio encendido
quemará la campiña
como fogatas nocturnas.
Cesare Pavese (1908-1950) nació en Santo Stefano Belbo, un pequeño pueblo del Piamonte. Además de traductor y editor, fue uno de los escritores más destacados de la historia de la literatura italiana. Su carácter introspectivo y solitario marcó toda su obra, muy ligada a los lugares donde creció y caracterizada por un delicado matiz intimista. A causa de su declarado antifascismo fue confinado durante tres años por el régimen de Mussolini en una pequeña población de Calabria, experiencia que lo marcó profundamente bajo el punto de vista humano y literario. Suyas son algunas de las obras más valiosas del siglo XX italiano. Entre ellas: El diablo en las colinas (1948), La luna y las fogatas (1950) o su magnífico diario publicado póstumamente, El oficio de vivir (1952). Se suicidó en Turín con 42 años.