Tú también eres colina
y sendero de piedras
y juego entre las cañas
y conoces la viña
que calla de noche.
Tú no dices palabras.
Hay una tierra callada
pero no es tierra tuya.
Hay un silencio que dura
en plantas y colinas.
Hay campiñas y aguas.
Eres silencio cerrado,
que no cede; eres labios
y ojos oscuros. Eres la viña.
Es una tierra que espera
sin decir una palabra.
Han pasado los días
bajo cielos ardientes.
Tú has jugado a las nubes.
Es una tierra mala
—y tu frente lo sabe.
Esto también es la viña.
Reencontrarás las nubes,
el cañizal y las voces
como una sombra de luna.
Reencontrarás palabras
allende la vida breve
y nocturna de los juegos,
allende la encendida infancia.
Será dulce callar.
Eres la tierra y la viña.
Un silencio encendido
quemará la campiña
como fogatas nocturnas.