Si consideramos, de Charles Bukowski | Poema

    Poema en español
    Si consideramos

    Si consideramos lo que puede verse: 
    motores que nos vuelven locos, 
    amantes que acaban odiándose, 
    ese pescado que en el mercado 
    mira fijamente hacia atrás adentrándose en nuestras 
    mentes, 
    flores podridas, moscas atrapadas en telarañas, 
    motines, rugidos de leones enjaulados, 
    payasos enamorados de billetes, 
    naciones que trasladan a la gente como peones de 
    ajedrez, 
    ladrones a la luz del día con maravillosas 
    esposas y vinos por la noche, 
    las cárceles atestadas, 
    el tópico de los parados, 
    hierba moribunda, fuegos insignificantes, 
    hombres suficientemente viejos como para amar la 
    tumba. 
    Estas y otras cosas 
    demuestran que la vida gira sobre un eje podrido. 
    Pero nos han dejado un poco de música 
    y un póster clavado en el rincón 
    un vaso de whisky, una corbata azul 
    un delgado volumen de poemas de Rimbaud, 
    un caballo que corre como si el diablo le estuviera 
    retorciendo la cola 
    sobre la hierba azul y el griterío 
    y después, de nuevo, el amor 
    como un coche que dobla la esquina 
    puntual, 
    la ciudad a la espera 
    el vino y las Flores 
    el agua corriendo a través del lago 
    y verano e invierno y verano y verano 
    y de nuevo invierno.

    Charles Bukowski nació en Adernach, (1920-1994). Vivió en su infancia y adolescencia en un entorno familiar y social violento, hecho que marcaría el devenir de su posterior producción literaria. Pieza capital de la que se vino en llamar generación beat, su vida fue tan radical como las historias narradas en sus propias obras. Adicto al sexo, las drogas y el alcohol, su literatura, casi autobiográfica, es fiel reflejo de su lucha contra el aburguesamiento y la comodidad. Su realismo descarnado y lírico y su humor ácido y desencantado han influido en multitud de escritores de generaciones posteriores.

    • Di un recital de poesía el sábado pasado en 
      los bosques de las afueras de Santa Cruz 
      y estaba a punto de acabar 
      cuando oí un grito fuerte y largo 
      y una joven bastante guapa 
      corrió hacia mí 
      vestido largo y fuego en la mirada 
      y saltó al escenario 

    • deshecho, anclado he sacado de nuevo 
      la vieja libreta amarilla 
      escribo desde la cama 
      como hice el año 
      pasado. 

      Iré al médico 
      El lunes. 

      sí, doctor, las piernas flojas, vértigo, 
      dolor de cabeza y dolor de espalda 

    • a los 16 años  
      durante la Depresión  
      llegué a casa borracho  
      y toda mi ropa  
      —pantalones cortos, camisas, calcetines—  
      la maleta y las páginas de  
      mis relatos  
      estaban desperdigadas por el  
      jardín de la entrada y toda la  
      calle.  

    • ocurrió cuando vivía en DeLongpre 
      y escribía historias verdes para las revistas de sexo 
      nunca recibí una nota de rechazo 
      hasta el día en que recibí 
      una irritante: 
      «estimado Chinaski: 
      está bien escrita pero 
      insinuar que un tipo feo de su edad 

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