Los dos perros, de Concepción Arenal | Poema

    Poema en español
    Los dos perros

    Dos perros, uno sapiente 
    y otro que nada sabía, 
    estaban hablando un día 
    de su vida diferente. 

    «La mía -dijo el primero- 
    está llena de delicias, 
    hácenme todos caricias, 
    como bien, y cuanto quiero.» 

    «Pues yo -exclamaba el segundo- 
    hambriento y apaleado, 
    soy el más desventurado 
    perro que existe en el mundo.» 

    «Mi amo -el sapiente añadió- 
    bien puede enseñarte a ti; 
    si aprendes como aprendí, 
    estarás como estoy yo. 

    Trabajando con afán, 
    te instruirías de contado, 
    y cuando estés educado, 
    vivirás como un sultán.» 

    «¡Yo educarme! ¡Qué ocurrencia! 
    En vano, amigo, te empeñas. 
    Bailar... Entender por señas... 
    ¡Pues ya es menester paciencia!» 

    «Entonces, ¿por qué te quejas 
    si, por vivir en holganza, 
    la más risueña esperanza 
    indolente y necio dejas?» 

    Como el perro observo yo 
    que todos quieren tener 
    las ventajas del saber, 
    pero su trabajo, no. 

    Concepción Arenal (El Ferrol, 1820 - Vigo, 1893). Estudió en Madrid Derecho, Sociología, Historia, Filosofía e idiomas, teniendo incluso que acudir a clase disfrazada de hombre. Colaboró con Fernando de Castro en el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, precedente de posteriores iniciativas en pro de la educación de la mujer como medio para alcanzar la igualdad de derechos. Dedicó buena parte de un inagotable activismo social e intelectual al estudio crítico de la realidad penal española. Se sirve de la experiencia acumulada en el desempeño de cargos oficiales de visitadora de cárceles de mujeres de A Coruña (1863) e inspectora de casas de corrección de mujeres (1868-1873) y, sobre todo, de su talento, sensibilidad e intuición para la redacción de obras que la sitúan en un puesto de gran relevancia en estudios penales europeos: Cartas a los delincuentes (1865), Estudios penitenciarios (1877). O visitador do preso (1893) es una de las obras de referencia para el estudio de las ideas centrales de su pensamiento penal. Valiente y adelantada a su tiempo, partidaria de un sistema penal moderno que hiciese posible la corrección del preso, las aspiraciones reformistas de Arenal se materializan con la llegada de la Segunda República.