Y la muerte no tendrá dominio, de Dylan Thomas | Poema

    Poema en español
    Y la muerte no tendrá dominio

    Y la muerte no tendrá dominio. 
    Los hombres desnudos han de ser uno solo 
    con el hombre en el viento y la luna poniente; 
    cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen, 
    ellos tendrán estrellas en el codo y en el pie; 
    aunque se vuelvan locos serán cuerdos, 
    aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán, 
    aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor; 
    y la muerte no tendrá dominio. 

    Y la muerte no tendrá dominio. 
    Los que hace tiempo yacen 
    bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos, 
    retorcidos de angustia cuando los nervios cedan, 
    atados a una rueda no serán destrozados; 
    la fe, en sus manos, ha de partirse en dos, 
    y habrán de traspasarles los males unicornes; 
    rotos todos los cabos, ellos no estallarán. 
    Y la muerte no tendrá dominio. 

    Y la muerte no tendrá dominio. 
    Y las gaviotas no gritarán en los oídos 
    ni romperán las olas sonoras en las playas; 
    donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca 
    levante su cabeza a los embates de la lluvia; 
    y aunque ellos estén locos y totalmente muertos 
    sus cabezas martillearán en las margaritas; 
    irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba, 
    y la muerte no tendrá dominio.

    Dylan Thomas (Swansea, Gales, 1914 - Nueva York, 1953). Poeta galés en lengua inglesa. Durante un tiempo trabajó como periodista para el South Wales Evening Post y durante la Segunda Guerra Mundial, como guionista para la BBC. Escribió también guiones radiofónicos y cinematográficos. Se dio a conocer como poeta con Dieciocho poemas (1934). Defendió sus concepciones estéticas en Retrato del artista cachorro. Murió en Nueva York el 9 de noviembre de 1953, sus últimas palabras fueron: "He bebido 18 vasos de whisky, creo que es todo un récord".