No entres dócilmente en esa noche quieta, de Dylan Thomas | Poema

    Poema en español
    No entres dócilmente en esa noche quieta

    No entres dócilmente en esa noche quieta. 
    La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día; 
    Rabia, rabia, contra la agonía de la luz. 

    Aunque los sabios al morir entiendan que la tiniebla es justa, 
    porque sus palabras no ensartaron relámpagos 
    no entran dócilmente en esa noche quieta. 

    Los buenos, que tras la última inquietud lloran por ese brillo 
    con que sus actos frágiles pudieron danzar en una bahía verde 
    rabian, rabian contra la agonía de la luz. 

    Los locos que atraparon y cantaron al sol en su carrera 
    y aprenden, ya muy tarde, que llenaron de pena su camino 
    no entran dócilmente en esa noche quieta. 

    Los solemnes, cercanos a la muerte, que ven con mirada deslumbrante 
    cuánto los ojos ciegos pudieron alegrarse y arder como meteoros 
    rabian, rabian contra la agonía de la luz. 

    Y tú mi padre, allí, en tu triste apogeo 
    maldice, bendice, que yo ahora imploro con la vehemencia de tus lágrimas. 
    No entres dócilmente en esa noche quieta. 
    Rabia, rabia contra la agonía de la luz. 

    Dylan Thomas (Swansea, Gales, 1914 - Nueva York, 1953). Poeta galés en lengua inglesa. Durante un tiempo trabajó como periodista para el South Wales Evening Post y durante la Segunda Guerra Mundial, como guionista para la BBC. Escribió también guiones radiofónicos y cinematográficos. Se dio a conocer como poeta con Dieciocho poemas (1934). Defendió sus concepciones estéticas en Retrato del artista cachorro. Murió en Nueva York el 9 de noviembre de 1953, sus últimas palabras fueron: "He bebido 18 vasos de whisky, creo que es todo un récord".