Dormido en la yerba, de Emilio Prados | Poema

    Poema en español
    Dormido en la yerba

    Todos vienen a darme consejo. 
    Yo estoy dormido junto a un pozo. 

    Todos se acercan y me dicen: 
    -La vida se te va, 
    y tú te tiendes en la yerba, 
    bajo la luz más tenue del crepúsculo, 
    atento solamente 
    a mirar cómo nace 
    el temblor del lucero 
    o el pequeño rumor 
    del agua, entre los árboles. 

    Y tú te tiendes sobre la yerba: 
    cuando ya tus cabellos 
    comienzan a sentir 
    más cerca y fríos que nunca, 
    la caricia y el beso 
    de la mano constante 
    y sueño de la luna. 

    Y tú te tiendes sobre la yerba: 
    cuando apenas si puedes 
    sentir en tu costado 
    el húmedo calor 
    del grano que germina 
    y el amargo crujir 
    de la rosa muerta. 

    Y tú te tiendes sobre la yerba: 
    cuando apenas si el viento 
    contiene su rigor, 
    al mirar en ruina 
    los muros de tu espalda, 
    y, el sol, ni se detiene 
    a levantar tu sangre del silencio.- 

    Todos se acercan y me dicen: 
    -Tú duermes en la tierra 
    y tu corazón sangra 
    y sangra, gota a gota 
    ya sin dolor, encima de tu sueño, 
    como en lo más oscuro del jardín, en la noche, 
    ya sin olor, se muere la violeta.- 
    Todos vienen a darme consejo. 
    Yo estoy dormido junto a un pozo. 

    Sólo, si algún amigo mío 
    se acerca, y, sin pregunta 
    me da un abrazo entre las sombras: 
    lo llevo hasta asomarnos 
    al borde, juntos, del abismo, 
    y, en sus profundas aguas, 
    ver llorar a la luna y su reflejo, 
    que más tarde ha de hundirse 
    como piedra de oro, 
    bajo el otoño frío de la muerte.