In Limine, de Fabio Morábito | Poema

    Poema en español
    In Limine

    Por el perdón del mar 
    nacen todas las playas 
    sin razón y sin orden, 
    una cada mil años, 
    una cada cien mares. 

    Yo nací en una playa 
    de África, mis padres 
    me llevaron al norte, 
    a una ciudad febril, 
    hoy vivo en las montañas, 

    me acostumbré a la altura 
    y no escribo en mi lengua, 
    en ciertos días del año 
    me dan mareos y vértigos, 
    me vuelve la llanura, 

    parto hacia el mar que puedo, 
    llevo libros que no 
    leo, que nunca abrí, 
    los pájaros escriben 
    historias más sutiles. 

    Mi mar es este mar, 
    inerme, muy temprano, 
    cede a la tierra armas, 
    juguetes, sus manojos 
    de algas, sus veleidades, 

    emigra como un circo, 
    deja todo en barbecho: 
    la basura marina 
    que las mujeres aman 
    como una antigua hermana. 

    Por él que da la espalda 
    a todo, estoy de frente 
    a todo con mis ojos, 
    por él que pierde filo, 
    gano origen, terreno, 

    jadeo mi abecedario 
    variado y solitario 
    y encuentro al fin mi lengua 
    desértica de nómada, 
    mi suelo verdadero.

    Fabio Morábito (1955) vive en la Ciudad de México y ha escrito, con este, cinco libros de poesía, género que ha alternado meticulosamente con el cuento. Nacido en Alejandría, de padres italianos, ha escrito toda su obra en español, a pesar de ser el italiano su idioma materno. Su poesía y su narrativa han sido traducidas a varias lenguas y lo han hecho acreedor de varios premios, el último de los cuales ha sido el prestigioso Roger Caillois, que se le concedió en Francia en 2018, en reconocimiento de su obra. En uno de los poemas de este libro, Fabio Morbito confiesa que no sabe qué arteria debe tomar para salir de la Ciudad de México y llegar a Puebla, que está a solo dos horas de camino. "Él ya ha estado en Puebla (¿quién no ha estado en Puebla?, pregunta), pero ignora cómo llegar ahí. Porque Morábito, como escribió alguien, "no necesita salir de lo común para, levantando curiosa y cuidadosamente una piedra o un frasco, dejar sueltos los demonios de un mundo raro, en el que ningún supuesto o dogma afianzado deja de resentirse y de crujir amenazadoramente".