Donde fuiste feliz alguna vez, de Félix Grande | Poema

    Poema en español
    Donde fuiste feliz alguna vez

    Donde fuiste feliz alguna vez 
    no debieras volver jamás: el tiempo 
    habrá hecho sus destrozos, levantando 
    su muro fronterizo 
    contra el que la ilusión chocará estupefacta. 
    El tiempo habrá labrado, 
    paciente, tu fracaso 
    mientras faltabas, mientras ibas 
    ingenuamente por el mundo 
    conservando como recuerdo 
    lo que era destrucción subterránea, ruina. 

    Si la felicidad te la dio una mujer 
    ahora habrá envejecido u olvidado 
    y sólo sentirás asombro 
    -el anticipo de las maldiciones. 
    Si una taberna fue, habrá cambiado 
    de dueño o de clientes 
    y tu rincón se habrá ocupado 
    con intrusos fantasmagóricos 
    que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío. 
    Si fue un barrio, hallarás 
    entre los cambios del urbano progreso 
    tu cadáver diseminado. 

    No debieras volver jamás a nada, a nadie, 
    pues toda historia interrumpida 
    tan sólo sobrevive 
    para vengarse en la ilusión, clavarle 
    su cuchillo desesperado, 
    morir asesinando. 

    Mas sabes que la dicha es como un criminal 
    que seduce a su victima 
    que la reclama con atroz dulzura 
    mientras esconde la mano homicida. 
    Sabes que volverás, que te hallas condenado 
    a regresar, humilde, donde fuiste feliz. 
    Sabes que volverás 
    porque la dicha consistió en marcarte 
    con la nostalgia, convertirte 
    la vida en cicatriz; 
    y si has de ser leal, girarás errabundo 
    alrededor del desastre entrañable 
    como girase un perro ante la tumba 
    de su dueño... su dueño... su dueño...