Surrealismo al aire libre, de Jorge Enrique Adoum | Poema

    Poema en español
    Surrealismo al aire libre

    El insólito encuentro de una máquina de coser 
        y un paraguas en un mesa de operaciones 

    o relojes con ojos. 
        De modo que pensabais 
    que había que inventar los increíbles. 
    Pero, entonces, ¿no habéis estado 
    en mi país, en mis países, nunca supisteis 
    lo que pasa en su paisaje de colores 
    en cólera, por ejemplo una bota 
    con espuela y un sombrero de cura 
    encima de un cadáver, de un indio 
    por más señas, como si no bastaran 
    los piojos de su historia, cuentas 
    de avemarías? Oh loca simetría de uniformes 
    en la humilde dictadura del difunto, 
    y es tan sabido el cada día americano 
    que también lo morimos de memoria, 
    y es tan igual a la vejez el hambre 
    cuando empieza por adentro a desvestirnos, 
    y están los dientes importantes que nos muerden 
    la tierra, y la Virgen con gorra y con polainas. 

    Eso es así, es así, es así más que qué, más 
    Américas en las bodegas del olvido, más 
    eco regresando a la puerta del grito, 
    buscándose la culpa como una culebra. 
    Qué sabíais, entonces, si no estas estampas, 
    si no esta atroz baraja del delito, 
    ni cómo inventaríais nada igual a ese 
    muerto que murió sin decir nada, llorándose 
    los gusanos que le quedaban desde 
    cuando le dejaron un rato sin matarle. 
    Pero esto no es pintura ni palabra 
    lograda: sucede, nada más, después 
    de misa, después de la independencia y otras 
    tonadas de larga duración. Pero la sangre, 
    no el llanto, tiene ahora la palabra 
    y ha de reír mejor al último de tanto. 

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