Arcángel derribado, el más hermoso de todos tú, el más bello, el que quisiste ser como Dios, ser Dios, mi arcángel triste, sueño mío rebelde y ambicioso.
No, corazón, no te hundas. Y vosotros, ojos, no queráis cerraros en llanto. La vida es mucho más larga, mucho más grande de lo que ahora supones, mucho más magnánima. ¿Te atreverás a decirle que te debe algo? Eres tú quien se lo debes todo.
Vidrio de una ventana entreabierta de julio Hasta mí que tendido descanso con cansancio feliz de sucesivos tiempos y espacios llega el verano su soplo vital cálido... Vidrio en el que ahora contemplo reflejadas las casas