Oh, delgado contorno de la vida.
El fluir de la sangre en él acaba.
Oh, columna de luz y ansia de lava.
Volcán para mi mano estremecida.
Lo malo no es lo que uno sufre,
sino lo que uno hace sufrir.
Lo malo no es ser la víctima.
Lo malo es ser el verdugo.
No la injusticia que nos hacen,
la que hacemos a los demás.
No es lo peor ser el reo.
Es mucho peor ser el juez.
Lo malo no es ser tentado,
sino inducir a tentación.
(Eva y Adán no cometieron
Ningún pecado original.
No existió en su inocencia culpa.
No hubo culpa suya ni nuestra. )
Más vale no saber nada
que hacer daño con la verdad.
Y no saber nada no quiere
decir lavarse las mano.
Ni el verdugo es únicamente
el que ejecuta la sentencia.
Todos somos al mismo tiempo
La víctima y el verdugo.
(No sabemos si, para probarlo,
Dios padeció más que Job. )
Lo peor de la cruz fue que Cristo
veía a su madre y a Juan.
Lo peor de la cruz fue que Cristo
no podía redimir a Judas.
Por malo que sea el hombre,
aún puede ser peor Dios,
si no existe, o si existe el infierno,
o si nacimos para morir.
Lo peor de todo no es nada
y todo es siempre lo peor.