Oh, delgado contorno de la vida.
El fluir de la sangre en él acaba.
Oh, columna de luz y ansia de lava.
Volcán para mi mano estremecida.
Vidrio de una ventana
entreabierta de julio
Hasta mí que tendido
descanso con cansancio
feliz de sucesivos
tiempos y espacios llega
el verano su soplo
vital cálido... Vidrio
en el que ahora contemplo
reflejadas las casas
fronteras unos árboles
los de esta ciudad mía
al regreso de otras
y otras y otros paisajes
fríos yermos ajenos
Unas casas fronteras
unas ventanas sobre
el cristal de ésta abierta
que me devuelve parte
de mi ciudad ¿La mía?
La mía imaginada
recordada resuelta
ahora en blando reflejo
en deseo y en sueño
de lo que pudo ser
de lo que no es de lo que
me absorbe la mirada
la esperanza tan breve
(Gracias memoria mía
de lo malo aún ya trémula.)
Cansancio julio aquí
tendido calor nada
nada más que un reflejo
equívoco un deslumbre
frágil de sol un poco
de ilusión allá enfrente
Sólo un cristal la vida.
Oh, delgado contorno de la vida.
El fluir de la sangre en él acaba.
Oh, columna de luz y ansia de lava.
Volcán para mi mano estremecida.
Arcángel derribado, el más hermoso
de todos tú, el más bello, el que quisiste
ser como Dios, ser Dios, mi arcángel triste,
sueño mío rebelde y ambicioso.
No sabe qué es amor quien no te ama.
No sabe qué es amor quien no te mira.
Tú arrancaste a su alma y a su lira
el son más dulce, la más fiera llama.
No, corazón, no te hundas.
Y vosotros, ojos, no queráis cerraros en llanto.
La vida es mucho más larga, mucho más grande de lo que ahora
supones, mucho más magnánima.
¿Te atreverás a decirle que te debe algo?
Eres tú quien se lo debes todo.
Vidrio de una ventana
entreabierta de julio
Hasta mí que tendido
descanso con cansancio
feliz de sucesivos
tiempos y espacios llega
el verano su soplo
vital cálido... Vidrio
en el que ahora contemplo
reflejadas las casas
Hay un reguero dulce y encendido
de sol sobre los álamos dorados.
Y, a lo lejos, los montes ya nevados
encalman el paisaje atardecido.
¿De dónde llegas tú, ilusión de un día
porvenir, tú, esperanza de un pasado
nunca cumplido, pero que yo ahora
evoco entre marchitas profecías
o anticipo en nostalgia? De recuerdos
y paciencias me nutro. Los ayeres
y los mañanas dóciles acuden
Qué podré yo decirte, dulce amada,
joven virgen que no conoces
en un cielo cerrado, suaves roces,
el peso del amor, noche entregada.